sábado, 16 de octubre de 2010

Exposición: ESPAÑA EN GUERRA: VIOLENCIA EN LAS RETAGUARDIAS



EXPOSICIÓN: del 22 de octubre al 8 de noviembre en la Casa de los Picos (C/ Juan Bravo, 28), en plena "Calle Real".

CONFERENCIAS: en la misma Casa de los Picos

VIERNES 22 DE OCTUBRE, 20 h:

Francisco Espinosa Maestre (Universidad de Sevilla). Presentando el libro Violencia roja y azul

VIERNES 5 DE NOVIEMBRE, 20h:

Glicerio Sánchez Recio (Universidad de Alicante): La justicia "roja" durante la Guerra Civil



El 17 de julio de 1936 se inició un golpe de estado contra el Gobierno del Frente Popular, nacido de las urnas en febrero. Su fracaso en dominar todo el país dio origen a la guerra civil, pues España se dividió entre los defensores de la legalidad democrática y sus agresores. Así se desencadenó un conflicto cruel con casi medio millón de muertos entre los frentes y las retaguardias. El número de víctimas producidas en la retaguardia -más de 140.000- fue casi tan numeroso como las originadas en los frentes de batalla -unos 160.000-, lo que muestra la gran magnitud del terror desplegado lejos de las líneas de combate.

En ambas retaguardias se desencadenó una violencia atroz contra los enemigos políticos, miles de asesinatos por lo que habían hecho, lo que podían hacer, pero también por lo que representaban esas víctimas. Si en la retaguardia de los sublevados eran asesinados prioritariamente jornaleros del campo, obreros industriales y maestros, en la retaguardia republicana mataban a curas, terratenientes, patronos y militares. Estos grupos representaban los baluartes sociales de cada forma de ver España: la transformadora que pretendía el Frente Popular -triunfadora en las elecciones de febrero de 1936- o la conservadora -defendida por el Bloque Nacional y la CEDA- derrotada en las urnas.

En la España donde fue reprimido el golpe militar, el estado democrático saltó en pedazos y aparecieron multitud de parcelas de poder dirigidas por partidos y sindicatos que habían derrotado a los sublevados. Durante los primeros meses estas instituciones paraestatales detentaron el poder y fueron responsables de la represión ejercida en los territorios que controlaban. Esta violencia no respondía a una planificación previa, se desató espontánea -no dirigida por las autoridades democráticas- y brutal como reacción ante la sublevación militar.